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  AFC:Septiembre
 

 

 
Libros de Elena G de White

A fin de Conocerle


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Septiembre:



…Miércoles 1º de septiembre MI SEÑOR Y YO
¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?  (Amós 3: 3)
Enoc anduvo con Dios.  Pensaba como Dios.  El profeta pregunta: "¿Andarán dos juntos, si no estuvieron de acuerdo?" Si pensamos como Dios, nuestra voluntad se sumergirá en la de Dios, e iremos a cualquier parte donde Dios nos dirija.  Así como un niño amante pone su mano en la de su padre, y camina junto a él con plena confianza haya oscuridad o luz, así también los hijos de Dios deben andar con Jesús en tiempo de gozo o de aflicción, a la luz o en las sombras, en el camino de la vida...
Los seguidores de Cristo deben manifestar las características de su Señor ante el mundo.  No deben descuidar su deber o dejar de prestarle la debida atención, ni tampoco deben ser indiferentes a su influencia, porque deben ser los representantes de Jesús en el mundo...
Los que no andan con toda fe y pureza, se aterrorizan ante el pensamiento de presentarse delante de su Señor.  No les gusta pensar o hablar de Dios.  Dicen en su corazón y mediante sus acciones: "Aléjate de nosotros, oh Dios; no queremos el conocimiento de tus caminos".  Pero el verdadero cristiano, por la fe en Cristo, conoce cuáles son los pensamientos y cuál es la voluntad de Dios.  Comprende por experiencia viva algo de la longitud, la profundidad, la anchura y la altura del amor de Dios que sobrepasa todo entendimiento.
El alma que ama a Dios, se complace en obtener fuerzas de él mediante una constante comunión con él.  Cuando la conversación con Dios se convierte en el hábito del alma, se rompe el poder del diablo, porque Satanás no puede morar cerca del alma que está junto a Dios. Si Cristo es vuestro compañero, no tendréis pensamientos vanos e impuros; no os complaceréis en pronunciar palabras frívolas que afligirán al que ha sido el santificador de vuestra alma...
La religión de Cristo refinará el gusto, santificará el juicio, elevará, purificará y ennoblecerá el alma (Review and Herald, 3-12-1889). 253
Jueves 2 de septiembre  ESCUCHAD LA VOZ DE DIOS
Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino.  (Sal. 37: 23)
Los jóvenes con frecuencia se encontrarán en una posición donde no sabrán qué deben hacer.  Su inclinación los guía hacia una dirección, y el Espíritu Santo de Dios los atrae hacia otra.  Satanás los asedia con sus tentaciones,  y los insta a seguir las tendencias del corazón natural.  Pero los que desean ser fieles a Cristo, escucharán la voz que dice: "Este es el camino, andad por él"  (Isa. 30: 21).  Decidirán seguir la conducta de los justos, aunque sea más difícil y dolorosa de seguir que el camino de su propio corazón...
Necesitamos recibir sabiduría divina para actuar en lo que concierne a la vida diaria, para tener sólido juicio y elegir el camino seguro porque es el correcto.  El que obra dependiendo de su propio juicio, seguirá la inclinación del corazón natural; pero el que tiene la mente abierta a la Palabra de Dios, considerará con oración cada paso que den sus pies, para honrar a Dios y hacer su voluntad.  Recordará que  "ni aun Cristo se agradó a sí mismo"  (Rom. 15: 3), y considerará que es un gran privilegio andar en sus pasos.  Presentará sus dudas a Dios en oración, y pedirá la dirección de Aquel cuya propiedad es.  Comprenderá que pertenece a Dios en alma, cuerpo, mente y fuerza...
Que cada joven se prepare en todo sentido para confiar en el Señor y no andar en sus propios caminos.  "Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.  Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.  No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal; porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos.  Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto.  No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, ni te fatigues de su corrección; porque Jehová al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere  (Prov. 3: 5 -14)  (Youth's Instructor, 19-9-1895). 254
Viernes 3 de septiembre ESPERAD LA DIRECCIÓN DE DIOS
He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva a la mano de su señora, así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros.  (Sal. 123: 2)
Los hijos de Dios deberían cultivar una aguda sensibilidad para el pecado... Una de las invenciones más exitosas de Satanás consiste en inducir a los hombres a cometer pecaditos, en cegar su mente al peligro de transigir en las cosas pequeñas, en hacer Pequeñas digresiones de los claros requerimientos de Dios.  Muchos que se estremecerían de horror ante la idea de cometer grandes transgresiones, son inducidos a considerar el pecado en las cuestiones pequeñas como de poca importancia.  Pero estos pecaditos carcomen la vida en el alma. Los pies que entran en una senda que se aparta del camino correcto van hacia el camino ancho que termina en muerte...
Dios pide que le demostremos nuestra lealtad prestándole una obediencia indiscutible.  Al decidir acerca de una conducta, no deberíamos preguntar únicamente si producirá algún daño, sino también si contraría la voluntad de Dios.
Debemos aprender a desconfiar del yo y a confiar enteramente en la dirección y el apoyo de Dios; debemos pedir el conocimiento de su voluntad fuerza para realizarla.  Debemos estar más en comunión con Dios.  Nuestra única seguridad consiste en orar en secreto, orar mientras trabajamos, orar mientras caminamos, orar en la noche, tener los pensamientos siempre elevados hacia Dios... Así fue como nuestro Ejemplo obtuvo fuerza para recorrer el espinoso camino que lo condujo desde Nazaret hasta el Calvario.
Cristo, el Inmaculado, sobre quien se derramó el Espíritu Santo sin medida, reconoció constantemente su dependencia de Dios, y buscó renovada provisión de la fuente de poder y sabiduría. Cuánto más los seres finitos  y falibles deberían sentir esta necesidad de ayuda divina (Review and Herald, 8-11-1887).  255
Sábado 4 de septiembre LA MARCHA HACIA LA VICTORIA
Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.  (1 Cor. 15: 57)
La vida cristiana es una vida de lucha, de conflicto constante.  Es una batalla y una marcha.  Pero cada acto de obediencia a Cristo, cada acto de abnegación por amor a él, cada prueba bien soportada, cada victoria obtenida sobre la tentación, es un paso más en la marcha a la gloria de la victoria final.
Si tomamos a Cristo como nuestro Guía, nos conducirá a salvo a lo largo del camino estrecho.  El camino puede ser áspero y espinoso; la pendiente puede ser abrupta y peligrosa; puede haber trampas a la derecha y a la izquierda; podemos tener que soportar penalidades en nuestro viaje; cuando estamos cansados, cuando anhelamos descanso, quizá tengamos que seguir adelante; cuando desmayamos, quizá tengamos que luchar; cuando estamos desanimados, quizá se nos pida que confiemos; pero con Cristo como nuestro Guía, no perderemos la senda que lleva a la vida inmortal, no dejaremos de alcanzar finalmente el cielo deseado.
Cristo mismo recorrió el áspero camino antes que nosotros, y suavizó el camino para nuestros pies.  El camino estrecho de la santidad, el camino destinado para los redimidos del Señor, está iluminado por Aquel que es la Luz del mundo.  Al seguir en sus pasos, su luz brillará sobre nosotros; y al reflejar la luz tomada de la gloria de Cristo, el camino se tornará más y más brillante hasta alcanzar la luz del mediodía.
Al principio podrá parecernos agradable practicar el orgullo y la ambición mundana; pero su resultado es dolor y tristeza.  Los planes egoístas pueden ofrecer promesas halagadoras Y dar una esperanza de placer; pero descubriremos que nuestra felicidad está envenenada y nuestra vida acibarada por esperanzas centralizadas en el yo.  Estaremos a salvo siguiendo a Cristo, porque él no dejará que los poderes de las tinieblas dañen un solo cabello nuestro (Review and Herald, 5-2- 1895). 256
Domingo 5 de septiembre LOS PRIMEROS PASOS PELIGROSOS 
Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo. (Heb. 3: 12).
Cuando el Redentor del mundo anduvo entre los hombres, muchos que se identificaban con él como discípulos suyos, con el tiempo lo dejaron para convertirse en sus peores enemigos.  El Salvador probó su fe, y desarrolló, el verdadero carácter de los creyentes más fervorosos aplicando las verdades espirituales a sus corazones...
Debían ser como Cristo, humildes y mansos de corazón, abnegados, desinteresados; debían andar en el camino estrecho recorrido por el Hombre del Calvario, si querían participar en el don de la vida y la gloria del cielo.  Pero la prueba fue demasiado grande.  No anduvieron más con él.  No podían soportar sus dichos, ni tampoco comprendían la naturaleza de la verdad que enseñaba...
La obra de apostasía comienza con alguna rebelión secreta del corazón contra los requerimientos de la ley de Dios.  Se fomentan y complacen deseos impíos y ambiciones ilícitas y, como resultado, la incredulidad y las tinieblas separan al alma de Dios.  Si no vencemos estos males, ellos nos vencerán.  Hombres que han recorrido los caminos de la verdad durante largo tiempo serán probados con tentaciones y pruebas.  Los que escuchan las sugestiones de Satanás, y se apartan de su integridad, inician la senda descendente, y alguna tentación imperiosa apresura su avance en el camino de la apostasía, hasta que su descenso se hace evidente y rápido...
Debemos estar constantemente en guardia, y velar y orar para no caer en tentación. La complacencia del orgullo espiritual, de los deseos profanos, de los pensamientos concupiscentes, de cualquier cosa que nos aleje de una asociación íntima y santa con Jesús, pone en peligro nuestra alma... Si la idea de la apostasía os resulta penosa,... creed en el que "es poderoso para guardaros sin caída"  (Jud. 24)  (Review and Herald, 8-5-1888).  257
Lunes 6 de septiembre  LA APARIENCIA ENGAÑOSA DEL PECADO
Antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.  (Heb. 3: 13).
"Porque la paga del pecado es muerte"  (Rom. 6: 23).  El pecado, no importa cuán pequeño se piense que es, puede acariciarse únicamente a costa de la vida eterna...
Adán y Eva se persuadieron a sí mismos de que un acto tan insignificante como comer de la fruta prohibida no podía producir como resultado consecuencias tan terribles como las que Dios les había anunciado.  Pero ese pequeño acto era pecado, la transgresión de la ley inmutable y santa de Dios, y abrió las compuertas de la muerte y de indecible calamidad para nuestro mundo.  Siglo tras siglo han ascendido del mundo continuas exclamaciones de duelo, y toda la creación gime y se retuerce de dolor como consecuencia de la desobediencia del hombre.  El cielo mismo ha sentido los efectos de su rebelión contra Dios.  El Calvario se yergue como un monumento del asombroso sacrificio requerido como propiciación por la transgresión de la ley divina.  No estimemos el pecado como una cosa trivial.  Las manos, los pies y el costado del Hijo del Dios infinito, ¿no constituyen un testimonio eterno ante el universo de la malignidad y maldición del pecado?
¡Ojalá que en la mente de jóvenes y ancianos se forme una impresión correcta acerca de la tremenda pecaminosidad del pecado!...
Dios no es engañado por apariencias de piedad.  No se equivoca en la estimación del carácter.  Los hombres pueden ser engañados por los que tienen el corazón corrompido, pero Dios penetra todos los disfraces y lee la vida interior.  El valor moral de cada alma es pesado en la balanza del santuario celestial. ¿No influirán sobre nosotros estos pensamientos para que dejemos de hacer el mal y aprendamos a hacer el bien?  No se gana nada con una vida de pecado, sino desesperación... Dejemos que la fe se apropie de las promesas de Dios (Review and Herald, 27-3 -1888). 258
Martes 7 de septiembre  EL CONFLICTO ES POR NOSOTROS 
Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido,  y  me he sentado con  mi  Padre en su trono.  (Apoc. 3: 21).
Estas son las palabras dichas por nuestro Sustituto y Garantía.  El que es la Cabeza divina de la iglesia, el más poderoso de los vencedores, mostrará a sus seguidores su vida, sus afanes, su abnegación, sus luchas y sufrimientos, y luego, el desprecio, el rechazo, el ridículo, las burlas, los insultos, el escarnio, la falsedad, y finalmente les señalará desde el camino al Calvario hasta las escenas de la crucifixión, para que cobren ánimo y avancen en demanda de la meta para recibir el premio y la recompensa prometidos a los vencedores (Review and Herald, 24-7-1888).
El plan de salvación no se aprecia como debería apreciarse.  No se lo discierne o comprende.  Se lo estima como un asunto común.  No se advierte que para unir lo humano con lo divino se requirió el ejercicio de la Omnipotencia... Cristo, al cubrir su divinidad con la humanidad, elevó a la humanidad en la escala del valor moral hasta colocarla en una dignidad infinita. ¡Qué condescendencia de parte de Dios y de su Hijo unigénito, que era igual con el Padre!...
Ha sido tan grande la ceguera espiritual de los hombres, que han procurado hacer ineficaz la Palabra de Dios.  Con sus tradiciones han declarado que el gran plan de salvación se preparó para abolir la ley de Dios y terminar con su vigencia.  En cambio, el Calvario es él poderoso argumento que prueba la inmutabilidad de los preceptos de Jehová...
La condición del carácter debe compararse con la gran norma moral de justicia.  Debe haber una búsqueda de los pecados peculiares que han sido ofensivos para Dios, que han deshonrado su nombre y apagado la luz del espíritu, y matado el primer amor del alma.
Se asegura la victoria mediante la fe y la obediencia... La tarea de vencer no ha quedado restringida a los días de los mártires.  Nosotros debemos luchar en estos tiempos de sutil tentación y mundanalidad (Ibid.).  259
Miércoles 8 de septiembre CONFIANZA EN TIEMPO DE PRUEBA             
Sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.  (Rom. 8: 28).
La esperanza del cristiano no está basada en el arenoso fundamento de los sentimientos.  Los que obran por principio contemplarán la gloria de Dios más allá de las sombras, y confiarán en la segura palabra de su promesa.  No se les disuadirá de honrar a Dios, no importa cuán tenebroso parezca el camino.  La adversidad y las pruebas solamente les proporcionarán la oportunidad de mostrar la sinceridad de su fe y amor.  Cuando el alma esté deprimida, eso no será evidencia de que Dios ha cambiado.   "Es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos"  (Heb. 13: .  Estáis seguros del favor de Dios cuando sois sensibles a los rayos del Sol de Justicia; pero si las nubes inundan vuestra alma, no debéis creer que estáis olvidados.  Vuestra fe debe abrirse camino a través de la oscuridad... Hay que tener en cuenta siempre las riquezas de la gracia de Cristo.  Atesorad las lecciones provistas por su amor.  Que vuestra fe sea como la de Job, para que podáis decir:  "Aunque él me matare, en él esperaré"  (Job 13: 15). Aferraos a las promesas de vuestro Padre celestial, y recordad cómo os ha tratado antes a vosotros y a sus siervos, porque "a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien".
Las vicisitudes más difíciles de la vida cristiana deberían ser las que proporcionen mayores bendiciones.  Las providencias especiales recibidas en las horas lóbregas deben animar al alma en los futuros ataques de Satanás, y deben aparejar al siervo de Dios para que permanezca firme en las fieras pruebas.  La prueba de vuestra fe es más preciosa que el oro.  Debéis tener esa confianza en Dios que no es perturbada por las tentaciones y los argumentos del engañador.  Confiad en la palabra del Señor...
La fe familiariza al alma con la existencia y la presencia de Dios (Review and Herald, 24-1-1888).  260
Jueves 9 de septiembre Y JESÚS ORO 
En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios.  (Luc. 6: 12).
La Majestad del cielo, mientras realizaba su ministerio terrenal, a menudo estaba en ferviente oración.  Frecuentemente pasaba así toda la noche.  Su espíritu se entristecía al experimentar el poder de las tinieblas de este mundo, y entonces se alejaba de la activa ciudad y la bulliciosa muchedumbre para buscar un lugar retirado para orar a su Padre.  El Monte de las Olivas era el retiro favorito del Hijo de Dios.  Con frecuencia, después de que  las multitudes se apartaban de él para disfrutar del descanso de la noche, él no reposaba aunque estaba cansado con las tareas diarias... Cuando la ciudad estaba envuelta por el silencio y sus discípulos se habían retirado a buscar refrigerio en el sueño, sus ruegos divinos ascendían a su Padre desde el Monte de las Olivas, para que los discípulos recibieran protección contra las influencias malignas que encontrarían diariamente en el mundo, y que su propia alma se fortaleciera y vigorizara para realizar los deberes y soportar las pruebas del día siguiente.  Toda la noche, mientras sus seguidores dormían, el Maestro divino oraba, mientras el rocío y la escarcha de la noche caían sobre su cabeza inclinada...
El ejemplo de Cristo ha quedado registrado para sus seguidores.  Jesús mismo fue una fuente de bendición y fortaleza: podía sanar a los enfermos y resucitar a los muertos; aun mandaba a la tempestad, y ésta le obedecía; la corrupción no lo contaminaba, y permanecía ajeno al pecado.  Sin embargo, tuvo que soportar una agonía que requería la ayuda y el sostén de su Padre, y a menudo oraba con fuertes exclamaciones y lágrimas.  Oraba por sus discípulos y por él mismo, identificándose así con las necesidades, las flaquezas y las tentaciones que son comunes a la humanidad...
Cristo... vino al mundo para proporcionar un camino mediante el que pudiéramos hallar gracia y fortaleza para el tiempo de necesidad, al seguir su ejemplo orando fervorosa y frecuentemente (Review and Herald, 19-5-1885).  261
Viernes 10 de septiembre "VENID VOSOTROS APARTE"
Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón: sí, espera a Jehová.  (Sal. 27: 14).
Ninguna vida fue tan llena de trabajo y responsabilidad como la de Jesús, y, sin embargo, cuán a menudo se le encontraba en oración.  Cuán constante era su comunión con Dios... Como uno de nosotros, participante de nuestras necesidades y debilidades, dependía enteramente de Dios, y en el lugar secreto de oración, buscaba fuerza divina, a fin de salir fortalecido para hacer frente a los deberes y las pruebas.  En un mundo de pecado, Jesús soportó luchas y torturas del alma.  En la comunión con Dios, podía descargarse de los pesares que le abrumaban.  Allí encontraba consuelo y gozo.
En Cristo, el clamor de a humanidad llegaba al Padre de compasión infinita.  Como hombre, suplicaba al trono de Dios, hasta que su humanidad se cargaba de una corriente celestial que conectaba a la humanidad con la divinidad.  Por medio de la comunión continua, recibía vida de Dios a fin de impartirla al mundo.  Su experiencia ha de ser la nuestra.
"Venid vosotros aparte", nos invita.  Si tan sólo escuchásemos su palabra, seríamos más fuertes y más útiles... Si hoy tomásemos tiempo para ir a Jesús y contarle nuestras necesidades, no quedaríamos chasqueados; él estaría a nuestra diestra para ayudarnos...
En todos los que reciben la preparación divina, debe revelarse una vida que no está en armonía con el mundo, sus costumbres o prácticas; y cada uno necesita tener experiencia personal en cuanto a obtener el conocimiento de la voluntad de Dios.  Debemos oírle individualmente hablarnos al corazón.  Cuando todas las demás voces quedan acalladas, y en la quietud esperamos delante de él, el silencio del alma hace más distinta la voz de Dios.  Nos invita: "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios"  (Sal. 46: 10).  Solamente allí puede encontrarse verdadero descanso (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 330, 331). 262
Sábado 11 de septiembre  LA ORACIÓN ACEPTABLE  
Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.  (Luc. 11: 1).
Jesús enseñó a orar a sus discípulos, y a menudo les hacía ver la necesidad de orar.  No les ordenó que estudiaran libros para aprender a orar.  No debían orar para los hombres, sino que debían presentar sus peticiones a Dios.  Les enseñó que la oración que Dios acepta es la petición sencilla y ferviente que procede del alma que experimenta su necesidad; y les prometió enviar el Espíritu Santo para que él redactara sus oraciones.
Dios nos invita a acudir a él con nuestra carga de culpa y las aflicciones de nuestro corazón.  El pecado nos llena de temor a Dios; cuando hemos pecado, procuramos ocultarnos de él.  Pero no importa cuál haya sido nuestro pecado, Dios nos invita a acudir a él mediante Cristo.  Podemos libertarnos de nuestros pecados únicamente llevándolos a Dios.  Caín, reprochado por Dios, reconoció que era culpable de la muerte de Abel; pero huyó de Dios como si así hubiera podido escapar de su pecado.  Si hubiera acudido a Dios con su carga de culpa, habría sido perdonado.  El hijo pródigo, comprendiendo su culpabilidad y desgracia, dijo:  "Me levantaré e iré a mi padre"  (Luc. 15: 18).  Confesó su pecado y volvió junto al corazón de su padre.
Si queremos ofrecer oraciones aceptables, tenemos que realizar una obra de confesión mutua de nuestros pecados.  Si he faltado contra mi vecino de palabra o acción, debo confesárselo.  Si él me ha agraviado, debería confesármelo.  Hasta donde sea posible, el que ha agraviado a otro debe hacer restitución.  Luego, arrepentido, debe confesar su pecado a Dios, cuya ley ha transgredido.  Al pecar, contra nuestro hermano, pecamos contra Dios, y debemos buscar su perdón.  Cualquiera que sea su pecado, si nos arrepentimos y creemos en la sangre expiatoria de Cristo, seremos perdonados (Review and Herald, 9-2-1897). 263
Domingo 12 de septiembre  LA ORACIÓN MODELO
Vosotros, pues, oraréis así:  Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.  Venga tu reino.  Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.  Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.  Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder y la gloria, por todos los siglos, amén.  (Mat. 6: 9-12).
Esta mañana oro para que el Señor me conceda su abundante gracia.  Nunca comienzo un día sin recibir la evidencia especial de que el Señor Jesús es mi Ayudador, y que tengo la gracia abundante que es mi privilegio recibir.
En mis devociones matutinas he considerado un privilegio terminar mi petición con la oración que Cristo enseñó a sus discípulos. Hay tanto que realmente debo tener para satisfacer mis necesidades personales, que a veces temo haber pedido mal; pero cuando ofrezco sinceramente la oración modelo que Cristo dio a sus discípulos, no puedo dejar de sentir que todas mis necesidades están comprendidas en esas pocas palabras...
Los escribas y los fariseos a menudo ofrecían sus oraciones en el mercado y en las calles de las ciudades.  Cristo los llamó hipócritas.  En todos los tiempos hubo hombres que oraron para ser vistos de los hombres... Cuando Cristo ve en sus discípulos errores que pueden descarriarlos, siempre los instruye en el camino correcto.  No los amonesta sin darles también una lección instructiva para mostrarles cómo deben remediar el error.  Después de instruir a sus discípulos para que no usaran "vanas repeticiones" en sus oraciones, con bondad y misericordia les enseñó una corta oración modelo, para que supieran evitar las oraciones de los fariseos.  Al darles esta oración, sabía que estaba ayudando la flaqueza humana al poner en palabras lo que abarcaba todas las necesidades humanas (Manuscrito 146, 1902).  264
Lunes 13 de septiembre ¿COMO ES DIOS?
Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti.  (Isa. 54: 10).
No debemos pensar en Dios solamente como juez, y olvidarnos que es nuestro Padre amante.  Nada puede causar más daño a nuestra alma, porque toda nuestra vida espiritual quedará moldeada por nuestro concepto del carácter de Dios...
Aprovechemos las preciosas oportunidades de familiarizarnos con nuestro Padre celestial,  "porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna"  (Juan 3: 16). ¡Qué amor maravilloso el manifestado por Dios, el Dios infinito, al concedernos el privilegio de acercarnos a él llamándolo Padre!  Ningún padre terrenal podría suplicar más vehementemente a su hijo que yerra, que Aquel que nos creó cuando ruega al transgresor.  Nunca un interés humano, lleno de amor, ha seguido al impenitente con invitaciones tan tiernas...
Ha empeñado su palabra.  Las montañas podrían desaparecer y los collados podrían temblar, pero su amor no se apartará de su pueblo, ni se quebrantará el pacto de su paz.  Se oye su voz que dice:  "Con amor eterno te he amado"  (Jer. 31: 3).  "Con misericordia eterna tendré compasión de ti"  (Isa. 54: .  Cuán asombroso es este amor, que Dios condescienda a quitar toda causa de duda e incertidumbre del temor y la flaqueza humanos, y tome la mano temblorosa que se levanta hacia él con fe; y nos ayude a confiar mediante renovados motivos de seguridad.  Nos ha dado un pacto fiel a condición de que obedezcamos, y viene a encontrarnos en nuestra propia manera de entender las cosas.  Creemos que una promesa de nuestros semejantes necesita una garantía.  Jesús ha contemplado estos temores peculiares, y ha confirmado su promesa (Review and Herald, 5-4-1887). 265
Martes 14 de septiembre UN PADRE TIERNO Y MISERICORDIOSO
Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen.  (Sal. 103: 13).
Deberíamos considerar a Dios como un padre tierno y misericordioso.  No hay que estimar el servicio que se presta a Dios como algo aflictivo y perturbador.  La adoración rendida a Dios y la participación en su obra deberían constituir un placer.  Al meditar el pueblo de Dios en el plan de salvación, sus corazones se enternecerán  con amor y gratitud...
Dios no quiere que sus hijos para quienes ha provisto una salvación tan grande, actúen como si él fuera un amo duro y exigente.  Es su mejor amigo, y cuando lo adoran, espera estar con ellos para bendecirlos y consolarlos, y llenar sus corazones de gozo y amor.  El Señor desea que los que van a adorarlo lleven consigo preciosos pensamientos acerca de su cuidado y amor para que cumplan con gozo todos los quehaceres de la vida diaria, para que tengan gracia para actuar honrada y fielmente en todas las cosas...
Deshonramos a Dios cuando pensamos en él únicamente como un juez que está listo para sentenciarnos, olvidándonos de que es un Padre amante.  Toda la vida espiritual es moldeada por nuestros pensamientos acerca de Dios; y si mantenemos conceptos erróneos de su carácter, nuestras almas se dañarán.  Deberíamos ver en Dios a Uno que ama a los hijos de los hombres y desea hacerles bien... En todas las Escrituras se presenta a Dios como Alguien que habla tiernamente a los corazones de sus hijos descarriados. Ningún padre terrenal podría ser tan paciente con los errores y faltas de sus hijos como es Dios con los que procura salvar.  Nadie podría rogar más tiernamente al transgresor. Ningún labio humano pronunció jamás ruegos tan tiernos al transgresor como los suyos. ¿No amaremos a Dios y le mostraremos nuestro amor mediante una humilde obediencia? (Review and Herald, 14-1-1890).  266
Miércoles 15 de septiembre  LOS TÉRMINOS DE NUESTRA SALVACIÓN
Todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.  Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido. (Juan 16: 23, úp, 24)
Los discípulos de Cristo, que lo acompañaron diariamente, no comprendieron su misión.  Lo amaban como a su gran Maestro, pero sus mentes estaban anubladas de modo que no siempre discernían su carácter divino.  No conocían sus recursos ilimitados y su poder.  Aunque habían presenciado sus milagros, no discernieron su relación con el Padre.  Justamente antes de su muerte, les dijo: "Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre".  Con palabras sencillas, Jesús les explicó que el secreto de su éxito estaría en pedirle fortaleza y gracia al Padre en su nombre.  El estaría ante la presencia del Padre para solicitar en su nombre...
Necesitamos conocer mejor los términos de los cuales depende nuestra salvación, y comprender mejor la relación que Cristo tiene con nosotros y con el Padre.  El ha prometido honrar el nombre de su Hijo cuando lo pronunciemos ante el trono de la gracia.  Deberíamos considerar el gran sacrificio que se realizó por nosotros para conseguirnos el manto de la justicia, tejido en el telar del cielo.  Nos ha invitado a la fiesta de boda, y ha provisto un traje para cada uno.  El ropaje de la justicia ha sido comprado a un costo infinito; y cuán atrevido es el insulto que asciende al cielo cuando alguien se presenta a sí mismo como candidato a la fiesta de boda llevando su traje de justicia propia. ¡Cómo deshonra a Dios, mostrando abiertamente su desprecio por el sacrificio realizado en el Calvario!...
Nadie probará de la cena de las bodas del Cordero, si no tiene el traje de boda.  Pero Juan escribió:  "El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles"  (Apoc. 3: 5)  (Youth's Instructor, 30-1-1896).  267
Jueves 16 de septiembre EL PODER DEL NOMBRE DE JESÚS  
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.  (Heb. 4: 16).
Cristo es nuestro modelo, el ejemplo perfecto y santo que se nos ha dado para imitarlo.  Nunca podremos igualar al modelo, pero podemos imitarlo asemejarnos a él conforme sea nuestra habilidad. Cuando caemos, desvalidos, sufriendo como resultado de nuestra comprensión de la pecaminosidad del pecado; cuando nos humillamos delante de Dios, afligiendo nuestras almas mediante el verdadero arrepentimiento y la contrición; cuando ofrecemos nuestras fervientes oraciones a Dios en el nombre de Cristo, con toda seguridad seremos recibidos por el Padre al entregarnos completamente a Dios.  Deberíamos comprender en lo más íntimo de nuestra alma que nuestros esfuerzos son enteramente indignos, porque únicamente en el nombre y el poder del Vencedor podemos ser vencedores.
Si creemos en el poder del nombre de Jesús, y presentamos nuestras peticiones a Dios en su nombre, nunca seremos chasqueados... Nuestra ayuda procede de Dios, quien tiene todas las cosas en sus manos.  Nuestra paz está en la seguridad de que su amor se derrama sobre nosotros.  Si la fe capta esta seguridad, lo hemos ganado todo; si perdemos esta seguridad, todo está perdido.  Cuando le entregamos a Dios todo lo que somos y lo que poseemos, y pasamos por situaciones peligrosas que nos ponen a prueba, y entramos en contacto con Satanás deberíamos recordar que ganaremos la victoria contra el enemigo en el nombre y con el poder del Vencedor.  Cada ángel recibirá la orden de acudir a nuestro rescate cuando dependemos de Cristo, en lugar de permitir que seamos vencidos.
Pero no podemos esperar obtener la victoria sin sufrimiento  porque Jesús sufrió para vencer por nosotros.  Mientras sufrimos en su nombre.... deberíamos regocijarnos porque tenemos el privilegio de participar en pequeña medida de los sufrimientos de Cristo (Review and Herald, 5-2- 1895).  268
Viernes 17 de septiembre ORO PIDIENDO DIRECCIÓN
Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantaron alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.  (Isa. 40: 31)
Viernes, 14 de febrero de 1896.  Me desperté a las dos y media de la mañana, y busqué al Señor, como suelo hacerlo, para recibir sabiduría y gracia, y mezclé mis oraciones con agradecimientos por su tierna y amante compasión hacia nosotros.  Las palabras de Isaías 40: 28-31 parecen apropiadas y me causaron profunda impresión...
Mi oración es: Ayúdame, oh Padre celestial, a confiar plenamente en tu sabiduría y a no confiar en mi entendimiento.  Guía tú mi pluma y dirige mi conversación para que no peque contra ti con la voz o la pluma.  Debo recibir gracia.  Te ruego que me enseñes tu verdad para no alejarme de tu camino.  Oh Señor, soy toda debilidad, pero tú eres fuerte, fortaleza y ánimo para tu pueblo, si ellos se esfuerzan con diligencia para que seas su, confianza...
Sábado, 15 de febrero.  El Señor es bueno y misericordioso.  Quiero que mi ofrenda de gratitud ascienda constantemente a Dios. Anhelo tener una comprensión mayor cae su bondad y de su amor inmutable.  Anhelo diariamente las aguas de vida... Encuentro continuamente mi fortaleza en Dios.  Mi dependencia no debe vacilar.  Ningún instrumento humano debe interponerse entre mi alma y mi Dios.  El Señor es nuestra única esperanza.  Confío en él, y él nunca, no nunca, me chasqueará.  Hasta aquí me ha ayudado cuando estaba muy desanimada...
Agradeceré al Señor y alabaré  su santo nombre.  Alabaré al Señor porque puedo confiar en él en todo tiempo. El es mi salvación, y mí torre de fortaleza a la que puedo correr en busca de seguridad.  El comprende mis necesidades y me iluminará para que yo pueda reflejar luz sobre otros.  No fracasaré ni me desanimaré.  Espero que tú, mí Padre celestial, me concedas fortaleza y gracia... Su Palabra es mi seguridad (Manuscrito 62, 1896).  269
Sábado 18 de septiembre LA SALVAGUARDIA DEL CRISTIANO 
Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.  (Efe. 6: 18)
En este tiempo hay un amor febril por el placer, un terrible aumento del libertinaje y un desprecio de la autoridad.  No sólo los mundanos sino también los cristianos profesos, son gobernados por las inclinaciones antes que por el deber.  Las palabras de Cristo repercuten a través de los siglos:  "Velad y orad"  (Mat. 26: 41) (Review and Herald. 20-12-1881).
La vigilancia se necesita ahora más que nunca antes en la historia de la humanidad.  Hay que apartar los ojos de la vanidad.  Hay que desaprobar decididamente la ilegalidad que predomina en esta época.  Que nadie piense que no está en peligro.  Mientras viva Satanás, desplegará esfuerzos constantes e incansables para lograr que el mundo sea más malvado que antes del diluvio, y tan licencioso como eran los habitantes de Sodoma y Gomorra.  Los que temen a Dios deberían orar diariamente para que él preserve sus corazones de los deseos pecaminosos, y fortalezca sus almas para que resistan la tentación.  Los que confiados en sus propias fuerzas no creen que es necesario velar, están al borde de una humillante caída.  Todos los que no sientan la importancia de proteger resueltamente sus afectos, serán cautivados por los que practican el arte de entrampar y descarriar a los desprevenidos.  Los hombres pueden tener un conocimiento de las cosas divinas, y una habilidad para llenar un lugar importante en la obra de Dios, sin embargo, a menos que tengan una fe sencilla en su Redentor, serán entrampados y vencidos por el enemigo.
Hay mucha falta de poder moral debido a que se ha descuidado el deber de velar y orar.  Por eso tantos que manifiestan una forma de piedad no producen las obras correspondientes.  Una descuidada indiferencia y una seguridad carnal concerniente a los deberes religiosos y las cosas eternas, prevalecen en un grado alarmante.  La Palabra de Dios exhorta a orar siempre y velar con toda perseverancia (Id., 11-10-1881).  270
Domingo 19 de septiembre SERENA CONFIANZA EN DIOS                      
Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; porque en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé hasta que pasen los quebrantos. (Sal. 57: 1)
Me apena mucho ver que algunos hombres que desean obedecer a Dios confían tanto en la simpatía y la ayuda humanas, que tantas veces producen frustración.  Pero Dios, el Dios viviente, es inmutable.  Es el mismo Salvador bondadoso, tierno, compasivo y amante, ayer, hoy y por siempre.  Satanás ahora está trabajando con todo su poder, sin dejar de probar ningún medio, para perturbar las mentes de los hombres que ven cometer errores a otros de larga experiencia.  Pero Jesús es perfecto... Confíe enteramente en Dios.  Ore, ore, ore, ore con fe.  Luego confíe a Dios la protección de su alma... Ande humildemente con Dios.  El Señor ve cada pesar, cada aflicción, cada prueba que asedia al alma humana, y sabe cómo aplicar el bálsamo...
Junto a Dios puede actuar valientemente.  Cuénteselo al Señor en oración, convérselo con el Señor.  "Te buscaré; te seguiré; te serviré.  Moraré bajo la sombra de tus alas.  Mándame como quieras, porque obedeceré tu voz".  Sométase a la dirección celestial.  Cuando lleguen las pruebas, tenga paciencia.  Espere en el Señor y tenga en vista un propósito: procurar el bien eterno de las personas con quienes se relacione, manteniendo su integridad en la fortaleza de su Dios.  El cumplirá su promesa.  Tendrá Ud. su pan; su agua estará asegurada.  Esto no significa únicamente pan y agua temporales, sino también  el pan y el agua de la vida eterna.
Permanezca en Dios.  Trabaje bajo la dulce influencia de su gracia.  La verdad de Dios que santifica el corazón del creyente guía su vida.  Podemos permanecer firmes y seguros... Confíe plena e inconmoviblemente en Dios.  El es el Consejero admirable, el Dios poderoso, el Padre eterno, el Príncipe de Paz.  Podemos mantener la conciencia limpia y en paz, y confiar serenamente en Dios (Carta 126, 1895).  271
Lunes 20 de septiembre LOS ESFUERZOS DÉBILES NO BASTAN             
Oye, oh Dios, mi clamor; a mi oración atiende.  Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare.  Llévame a la roca que es más alta que yo.  (Sal. 61: 1, 2)
Cuando estamos preocupados, cuando estamos asediados por la tentación, cuando los sentimientos y  los deseos del corazón natural luchan por obtener la victoria, deberíamos ofrecer oraciones fervientes, importunas, a nuestro Padre celestial en el nombre de Cristo; y esto hará que Jesús venga a nuestro socorro, para que, mediante su nombre poderoso y eficaz, podamos lograr la victoria y alejar a Satanás de nuestro lado.  Pero no debemos halagarnos a nosotros mismos pensando en que estamos seguros mientras hacemos sólo esfuerzos débiles en nuestro favor.  Estas palabras de Cristo deberían tener un gran significado para nosotros: "Esforzaos a entrar por la puerta angosta" (Luc. 13: 24).
El peligro que nos amenaza no surge de la oposición del mundo, sino que reside en la amistad que mantenemos con el mundo y en nuestra imitación del ejemplo de los que no aman a Dios ni a su verdad.  La pérdida de cosas terrenas por amor a la verdad, el pasar grandes inconvenientes por lealtad a los principios, no nos coloca en peligro de perder nuestra fe y esperanza,  pero corremos el riesgo de experimentar pérdida por ser engañados y vencidos por las tentaciones de Satanás.  Las pruebas serán beneficiosas, si las soportamos sin murmurar, y nos inducirán a confiar más plenamente en Dios.
Solamente en Dios tenemos ayuda.  No deberíamos halagarnos pensando en que tenemos poder o sabiduría en nosotros mismos, porque nuestro poder es debilidad y nuestro juicio es necedad.  Cristo venció al enemigo por nosotros, porque tuvo compasión de nuestra debilidad Y sabía que seriamos vencidos y pereceríamos si él no acudía a nuestro socorro.  Cubrió su divinidad con la humanidad, y así estuvo en condiciones de alcanzar al hombre con su brazo humano, mientras que con su brazo divino se aferraba al trono del Infinito (Review and Herald, 5-2-1895).  272
Martes 21 de septiembre LA ORACIÓN FERVIENTE Y EFICAZ                
La oración eficaz del justo puede mucho. (Sant. 5: 16, úp)
La oración sincera y humilde del verdadero adorador asciende al cielo, y Jesús mezcla el santo incienso de sus méritos con nuestras peticiones imperfectas, Se nos acepta mediante su justicia.  Cristo hace que nuestras oraciones sean completamente eficaces mediante el aroma de su justicia.  En estos días de peligro, necesitamos hombres que luchen con Dios como lo hizo Jacob, y que prevalezcan, como Jacob.  Gracias a Dios que el Redentor del mundo prometió que si se iba, enviaría al Espíritu Santo como su representante.  Oremos y apropiémonos de las ricas promesas de Dios, y luego alabemos a Dios porque se nos concederá el Espíritu Santo para satisfacer nuestras necesidades, en proporción a nuestras súplicas fervientes y humildes.  Si buscamos a Dios de todo corazón, lo encontraremos y obtendremos el cumplimiento de la promesa (Carta 13, 1894).
Los que aman al Señor y su verdad, únanse de a dos o tres y busquen lugares tranquilos donde puedan orar a Dios pidiendo su bendición sobre el pastor quien difícilmente encuentra tiempo para orar a causa de que está constantemente ocupado atendiendo tantos pedidos, asistiendo a juntas, contestando preguntas, aconsejando, escribiendo cartas importantes.  Que las oraciones fervientes y eficaces de los justos asciendan a Dios, para que la palabra hablada sea un mensaje de verdad que alcance los corazones de los oyentes, y que así se puedan ganar almas para Cristo (Review and Herald, 24-7-1883).
Para ser cristiana, una persona no necesita grandes talentos. Una oración ferviente ofrecida con corazón contrito por alguien que desea hacer la voluntad del Maestro, tiene más valor para Dios que su elocuencia.  El instrumento humano puede no tener participación en  concilios; tal vez no se le permita deliberar en los senados o votar en parlamentos.  Sin embargo, tiene acceso a Dios. El Rey de reyes se inclina para escuchar la oración de un corazón humilde y contrito.  Dios oye cada oración que se eleva con el incienso de la fe (Manuscrito 56, 1902).  273
Miércoles 22 de septiembre EL EJEMPLO DE DANIEL DE ORACIÓN Y CONFESIÓN
Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza.  Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión.  (Dan. 9: 3, 4, pp).
El ejemplo de Daniel de oración y confesión se ha dado para nuestra instrucción y ánimo... Daniel sabía que casi había terminado el tiempo del cautiverio de Israel; pero no creía que porque Dios había prometido libertarlos, ellos mismos no tuvieran que hacer su parte.  Buscó al Señor con ayuno y contrición, confesando sus propios pecados y los de su pueblo...
Daniel no pide nada basándose en sus propios méritos, sino que dice: "Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestras desolaciones, y la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre; porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias".  La intensidad de su deseo lo torna ferviente:  "Oye, Señor; oh Señor, perdona; presta oído, Señor, y hazlo; no tardes, por amor de ti mismo, Dios mío; porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo"   (Dan. 9: 18, 19) ...
¡Qué oración notable es ésta que fue pronunciada Por los labios de Daniel!  ¡Cuánta humildad de alma revela!  En las palabras que ascendían a Dios se advertía el calor del fuego celestial.  El Cielo contestó esa oración enviando su mensajero a Daniel.  En nuestros días, las oraciones que se ofrezcan en esta misma forma prevalecerán con Dios.  "La oración eficaz del justo puede mucho"  (Sant. 5: 16).  Así como en la antigüedad descendió fuego del cielo cuando se ofreció una oración, y consumió el sacrificio que estaba sobre el altar, así también el fuego celestial descenderá a nuestras almas cómo respuesta a nuestras oraciones... El Dios que escuchó la oración de Daniel escuchará las nuestras cuando acudamos a él arrepentidos.  Nuestras necesidades son tan urgentes como las del profeta, nuestras dificultades son tan grandes como las suyas, y necesitamos tener su misma firmeza de propósito, y echar con fe nuestra carga sobre el gran Portador de las cargas (Review and Herald, 9-2-1897).  274
Jueves 23 de septiembre LA PRECIOSIDAD DE LA ORACIÓN SECRETA   
Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; derramad delante de él vuestro corazón. (Sal. 62: .
Un profundo sentido de nuestra necesidad y un gran deseo de recibir las cosas que pedimos deben caracterizar nuestras oraciones, de lo contrario no serán oídas.  Pero no debemos cansarnos y dejar de pedir porque nuestras oraciones no reciban una respuesta inmediata.   "El reino de los cielos sufre violencia, y  los violentos lo arrebatan"  (Mat. 11: 12).  Aquí se entiende por violencia un santo fervor, como el que manifestó Jacob.  No necesitamos procurar ponernos en un estado de intensa excitación, sino que debemos presentar nuestras peticiones calmada pero persistentemente delante del trono de la gracia.  Nuestra obra consiste en humillar nuestra alma delante de Dios, en confesar nuestros pecados y en acercarnos con fe a Dios... El propósito de Dios es manifestarse a sí mismo en su providencia y en su gracia.  El objeto de nuestras oraciones debe ser la gloria de Dios y no la glorificación de nosotros mismos...
Dios nos ha honrado mostrándonos cuánto nos valora.  Fuimos comprados por la sangre preciosa del Hijo de Dios.  Cuando su heredad siga conscientemente la palabra del Señor, su bendición descansará sobre ella como respuesta a sus oraciones.  "Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento.  Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo"   (Joel 2: 12, 13)   (Review and Herald, 9-2-1897).
El alma, mediante la oración secreta, debe abrirse a la  inspección del ojo de Dios... Cuán preciosa es la oración secreta por medio de la que el alma entra en comunión con Dios.  La oración secreta debe ser escuchada únicamente por el oído de Dios (Youth's Instructor, 3-11-1898).  275
Viernes 24 de septiembre  EL CLARO MANANTIAL DE LA ALABANZA
Bueno es alabarte, oh Jehová, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo; anunciar por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad cada noche.  (Sal. 92: 1, 2).
Cuando apreciamos la verdad,... tenemos un sentido de la gran misericordia y benevolencia de Dios.  Mientras repasamos, no los capítulos oscuros de nuestra vida, para quejamos, sino las manifestaciones de su gran misericordia, amor infalible y poder, manifestados en nuestra liberación, alabaremos mucho más antes que quejarnos.  Hablaremos del amante cuidado de Dios, del Pastor verdadero, tierno y compasivo de su rebaño, que nadie podrá arrebatar de su mano, como él ha declarado.  El lenguaje del corazón no será egoísta ni descontento, sino que manifestará alabanzas, como claros manantiales...
El Señor tiene abundantes recursos.  No le faltan medios.  Las negras sombras nos rodean a causa de nuestra falta de fe, nuestra mundanalidad, nuestra conversación vulgar, nuestra incredulidad... Nuestra visión miope ve las sombras pero no puede ver la gloria que se extiende más allá de ellas...
El templo de Dios está abierto en el cielo, y su umbral está inundado por la gloria destinada para cada iglesia que ama a Dios y guarda sus mandamientos.  Necesitamos estudiar, meditar y orar.  Entonces tendremos visión espiritual para discernir las cortes interiores del templo celestial.  Captaremos los temas de los cantos y las acciones de gracias del coro celestial que rodea el trono.  Cuando Sion se levante y brille, su luz será más penetrante, y preciosos cantos de alabanza y agradecimiento se escucharán en las reuniones de los santos.  Dejarán de escucharse las murmuraciones, las quejas y los lamentos por pequeños chascos y dificultades.  Al aplicarnos el colirio celestial contemplaremos la gloria que se extiende más allá.  La fe irrumpirá en la sombra infernal de Satanás, y veremos a nuestro Abogado que ofrece el incienso de sus propios méritos en nuestro favor...
Alabemos a Dios aquí en la tierra (Carta 138, 1897). 276
Sábado 25 de septiembre ¿HAY UN ANIVERSARIO PARA JESÚS?               
Y mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día. (Sal. 35: 28).
Cierto día, mientras estaba en Inglaterra, había un gran desfile en las calles.  Era el cincuentenario del gobierno de la reina.  Todos hablaban de él.  Las ventanas de las tiendas estaban llenas de retratos de la reina, y todos ensalzaban a la reina de Inglaterra.  Si hubiéramos podido retirar de las ventanas las fotografías de la reina y los signos de su gloria, y colocar en su lugar manifestaciones de la gloria y la majestad de Jesús, ¿no nos habría considerado la gente como fanáticos?  Habrían pensado que llevábamos demasiado lejos la religión... ¿Pero no depuso nuestro Maestro su ropaje real, su corona de gloria? ¿No cubrió su divinidad con humanidad, y vino a nuestro mundo a morir en sacrificio por el hombre? ¿Por qué no hablamos de esto? ¿Por qué no nos espaciamos en su amor incomparable?
¡Ojalá que las lenguas perdieran su parálisis para que expresemos alabanzas a él! ¡Ojalá que el sopor espiritual que ha sobrecogido a las almas de los hombres fuera quitado, para discernir la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo!  Debemos ser representantes de nuestro Señor en la tierra...  El puede comunicar la luz del cielo mediante vosotros a los que están en tinieblas.  Vosotros que pretendéis conocer al Señor, que habéis probado y visto que el Señor es bueno, manifestadlo a los que os rodean.  Alabad al que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable.  Si los hombres pueden hacer tanto por el aniversario de una reina, si pueden manifestar tanto entusiasmo por un ser finito, ¿no podemos hablar para gloria del Príncipe de la vida, que ha de venir tan pronto en majestad a buscar a sus cansados seguidores, a abrir la prisión de la muerte, y libertar a los cautivos, a darles una gloriosa inmortalidad a sus amados hijos que duermen? ¿Por qué no hablamos de Cristo en nuestras conversaciones?  Ya casi hemos llegado al hogar.  Hablemos cosas que animen a los cansados soldados de la cruz (Review and Herald, 11-2-1890).  277
Domingo 26 de septiembre  SUFRIENDO POR LA VERDAD
Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor.  Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán.  (Juan 15: 20, pp).
¿Qué hará el instrumento humano para tener el privilegio de colaborar con Dios? ¿Dejará todo lo que tiene antes que dejar a Cristo?... ¿Soportará persecuciones por amor a la verdad?  Los vituperios y las persecuciones han separado a muchas almas del cielo, pero nunca a un alma del amor de Cristo.  La persecución nunca ha separado de Cristo a un alma que lo amaba de verdad.  El amor de Jesús en el alma es absorbente, porque no tiene paralelo ese gran amor con el que Dios nos amó, manifestado al dar a Cristo por nosotros...
Si podemos soportar la persecución por amor a su nombre, su amor se convierte en un poder director en nuestros corazones, porque tenemos la seguridad de que ninguna cosa puede separarnos del amor de Cristo.  El alma afligida nunca es más amada por su Salvador que cuando está experimentando quebrantos por amor de la verdad.  Cuando el creyente, por amor de la verdad, comparece ante tribunales injustos, Cristo está a su lado.  Todos los vituperios que caen sobre el creyente humano, caen también sobre Cristo en la persona de sus santos.  Cristo dijo:  "Yo le amaré y me manifestaré a él"  (Juan 14: 21).  Cristo es condenado otra vez en la persona de sus discípulos.  Cuando el creyente es encarcelado por causa de la verdad, Cristo se le manifiesta y llena su corazón con su amor.  Cuando experimenta la muerte por amor a Cristo, él le dice: Mataran el cuerpo, pero no pueden matar el alma.  "Confiad, yo he vencido al mundo"  (Juan 16: 33)  (Carta 116. 1896).
El apóstol nos dice:  "Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros.  Ciertamente, de parte de ellos. Él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado"  (1 Ped. 4: 14).  Pregúntese: "¿Es mi Redentor magnificado en mi delante del universo del cielo, de los instrumentos satánicos y del mundo?" (Carta 82, 1895). 278
Lunes 27 de septiembre FORTALEZA EN LAS PRUEBAS         
Porque tú nos probaste, oh Dios; nos ensayaste como se afina la plata.  (Sal. 66: 10).
Un carácter que no ha sido probado no es digno de confianza.  Debemos ser probados mediante la tentación para aprender a buscar la sabiduría de Dios, y a escapar al Refugio en tiempo de angustia.  Únicamente el que busca la gracia de Dios podrá resistir con éxito la tentación.  Como seres individuales, estamos como nuestros padres frente a frente con muchas tentaciones que acosan la mente y el corazón.  Todo el cielo observa con intenso interés para ver si acaso miraremos a Jesús y nos someteremos a su voluntad, o si en la tentación seguiremos las inclinaciones del corazón natural y las incitaciones del maligno (Youth's Instructor, 26-9-1895).
Los que están confusos a causa de la tentación, acudan a Dios en oración... Perseverad en oración, y velad sin dudar, y el Espíritu Santo obrará en el instrumento humano, sometiendo el corazón y la mente a los principios correctos (Id., 19-9-1895).
Los que por la fe son protegidos por el poder de Dios, aprenden cosas buenas y preciosas.  Experimentan la paz de Cristo que sobrepasa a todo entendimiento.  Al resistir la tentación, rehusáis asociaras con Satanás y os colocáis bajo el estandarte de Jesucristo.  Os convertís en vencedores ante la vista de las inteligencias celestiales.  Es evidente que sois hijos de Dios...
Representáis a Cristo en vuestro carácter íntegro, y comprendéis lo que significa esta declaración: "Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad... Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia" (Juan 1: 14 -16).  Recibís gracia, desarrolláis gracia, y al manifestar la gracia en vuestras palabras, espíritu y acciones, Dios derrama sobre vosotros una abundante medida de gracia.  En la medida en que os sometéis a la obra del Espíritu Santo, se os concede gracia celestial (Id., 26-9-1895).  279
Martes 28 de septiembre  LOS GLORIOSOS FRUTOS DE LA PRUEBA 
Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.  (1 Ped. 1: 7)
Creamos en Jesús, confiando en él implícitamente, aunque seamos probados como por fuego... Podemos amar más a Cristo y aumentar nuestra capacidad de amarlo, contemplando su amor y hablando de él.  Cultive el hábito de hablar con el Salvador cuando Ud. esté solo, cuando camine y trabaje.  Deje que la gratitud y el agradecimiento asciendan a Dios porque Jesús lo ama y Ud. lo ama...
El Señor Jesús se entregó como sacrificio por nosotros.  El nos conoce y sabe qué cosa necesitamos.  La prueba dura solamente un tiempo.  Anime su corazón con fe.  No debemos considerar las pruebas como castigo. Cristo es el portador del pecado.  Es nuestro Redentor, y quiere purificamos de toda la escoria.  Desea hacernos participantes de la naturaleza divina, desarrollando en nosotros los frutos pacíficos de la justicia.  El mismo hecho de que tengamos que soportar pruebas muestra que el Señor Jesús ve en nosotros algo muy precioso que desea desarrollar.  Si no viera en nosotros nada con lo cual glorificar su nombre, no gastaría tiempo refinándonos.  No nos tomamos el trabajo de podar las zarzas.  Cristo no arroja piedras sin valor en su horno.  Lo que prueba es el mineral precioso.  Hace que el proceso refinador reproduzca su propia imagen.  Confíe, tenga esperanza, sea fuerte en el Señor y en el poder de su fortaleza.  El lo ama.  Escuche sus palabras:  "Yo reprendo y castigo a todos los que amo"  (Apoc. 3: 19).  No ha pasado por alto a Ud. como indigno de una prueba.
¿Cuál es el resultado de este proceso refinador?  Para que seáis hallados "en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo".  Oh, cuán preciosa es para el alma una sola palabra de estímulo de los labios del Redentor.  Tal vez no lo comprendamos todo ahora, pero vendrá el día cuando quedaremos más que satisfechos (Carta 113, 1898).  280
Miércoles 29 de septiembre ¿POR QUE ESAS AFLICCIONES?           
Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tus estatutos.  (Sal. 119: 71)
Cuando somos afligidos, no debemos pensar que el Señor está enojado con nosotros.  Dios nos somete a prueba para que nos acerquemos a él.  El salmista dice:  "Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová"  (Sal. 34: 19).  El no quiere que estemos bajo una nube... No quiere que pasemos por angustia de espíritu.  No debemos mirar las espinas y los cardos en nuestra experiencia.  Debemos ir al jardín de la Palabra de Dios y sacar los lirios y las rosas, y los fragantes claveles de sus promesas.  Los que miran las dificultades de su vida hablarán de dudas y desánimo, porque no contemplan a Jesús, el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo...
Deberíamos mantener ocupada nuestra mente con el amor, la misericordia y la gracia de nuestro Dios... Experimentamos aflicción para que, en la providencia de Dios, podamos ver que Cristo es nuestro ayudador, que en él hay amor y consuelo.  Podemos recibir gracia con la cual ser vencedores, y heredar la vida que se mide con la vida de Dios.  Debemos tener tal experiencia, para que cuando la aflicción nos sobrecoja, no nos alejemos de la fe y elijamos el lado de Satanás...
Mediante la mano de la fe, aférrese de las promesas de Dios, y póngase en terreno ventajoso.  Entonces estará donde Satanás no puede acercarse y decir: "Dios no te puede ayudar, porque has pecado, y no puedes reclamar las promesas".  El adversario desea que pensemos que el camino a la vida es tan difícil que será imposible alcanzar la bendición del Cielo.  Pero Dios nos ha colocado en circunstancias tales que se pueda desarrollar lo mejor de nuestra naturaleza, y podamos ejercer las facultades más elevadas.  Si cultivamos el bien, las tendencias objetables no obtendrán supremacía, y finalmente seremos considerados dignos de reunirnos con la familia celestial.  Si queremos ser santos en el cielo, debemos ser santos en la tierra (Carta 97, 1895).  281
Jueves 30 de septiembre  PRESENTAD VUESTRAS DIFICULTADES A DIOS
Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.  Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.  (Sant. 1: 2 - 4).
Este pasaje no dice que debemos considerar un gozo cuando caemos bajo la tentación, sino cuando caemos en tentación.  No es necesario caer bajo la tentación, porque la tentación nos sobreviene pare probar nuestra fe. Y la prueba de nuestra fe obra paciencia, y no mal humor ni murmuración.  Si ponemos nuestra confianza en Jesús, él nos protegerá en todo tiempo y será nuestro baluarte y escudo.  Debemos aprender lecciones valiosas de nuestras pruebas.  Pablo dice: "Y no sólo esto, sino que también nos gloriaremos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado".
Muchas personas dan la impresión de pensar que es imposible no caer bajo la tentación, que carecen de poder para vencer, y pecan contra Dios con sus labios hablando de desánimo y duda, en lugar de manifestar fe y valor.  Cristo fue tentado en todo como nosotros, pero no pecó.  Dijo: "Viene a mí el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí"  (Juan 14: 30).  ¿Qué significa esto?  Significa que el príncipe del mal no podía encontrar en Cristo un terreno propicio para su tentación;  y así también puede acontecernos...
Cuando hablamos de desánimo y lobreguez, Satanás escucha con enorme gozo, porque le agrada saber que nos ha puesto en servidumbre.  Satanás no puede leer nuestros pensamientos, pero puede ver nuestras acciones y escuchar nuestras palabras; y gracias a su largo conocimiento de la humanidad, puede dar forma a sus tentaciones para sacar ventaja de los puntos débiles de nuestro carácter. ¡Y con cuánta frecuencia le revelamos el secreto de cómo puede obtener la victoria sobre nosotros! (Review and Herald, 19-5-1891).  282..
 




  

 
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